
El ágata rosa permite superar la amargura del corazón, disipa la ira interna y ofrece coraje, favorece la asimilación de las experiencias de vida y sustenta un crecimiento espiritual. Ayuda a sanar trauma o enfermedad emocional, aumenta la confianza en uno mismo, equilibrio físico, emocional e intelectual estabilizando energías y equilibrando, aliviando y calmando, aceptación de sí mismo, coraje y crecimiento espiritual.